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La diputada de la Asamblea Nacional de Venezuela, Corina Machado, maltratada por los congresistas gobiernistas de Nicolás Maduro, se paseo por el Capitolio Nacional de Colombia como todo una vedette en la que las bancadas políticas con más curules en Senado y Cámara de Representantes la escucharon hablar sobre el caos que reina en el vecino país.
Sí, como toda una reina en las plenarias la escucharon oficialista ‘U’, Conservadores, Liberales, PIN, PDA, indígenas, en la que pidió solidaridad de Colombia hacia los venezolanos opositores al gobierno del cada vez enredado Maduro y que se sospecha hizo fraude en las elecciones pasadas para reemplazar al difunto Hugo Chávez.
Cortesía Lucho De Arce, periódico La Pola
En la foto, a la derecha, Corina con la nariz herida por la golpiza que recibió de los ‘chavistas’, al fondo el exsenador Víctor Velásquez Reyes, con el director de TNN@ quien comenta que los venezolanos tienen tendencia a simpatizar en las elecciones por los muertos porque votaron no por Maduro sino por Chávez.
‘Necrofília electoral en Venezuela’ título TNN@ semanas antes de los comicios.
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El presidente de la Cámara, Augusto Posada, dijo el miércoles a TNN@ que el gobierno lo dejó solo con el proyecto de Ley sobre derechos de autor y el artículo que reglamenta la caricatura en la radio y la televisión. “Juan Carlos, el ministro Carrillo sabía del texto porque la oficina de Derechos de Autor funciona en su despacho”, se quejó Posada a esta página digital y reconoció la versión TNN@ que la iniciativa se hunde en el Senado. “Pues sí”, añadió Augusto que contó le gustó la entrevista que le hizo el martes esta página electrónica.
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De valiente han llamado al representante a la Cámara, Simón Gaviria Muñoz, por las denuncias que hizo el miércoles en el Capitolio Nacional del desfalco a miles de colombianos que confiaron en la comisionista Interbolsa que habría sido filtrada hasta por el famoso narco, Justo Pastor Perafán, que antes de caer preso y extraditado a los Estados Unidos, por sus propiedades hoteleras y de comunicación habrían pasado desde exministros, presentadoras de televisión, hasta uno que otro periodista y que dejaron firmada sus visitas a los ‘resort’.
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Como una premonición el Presidente Juan Manuel Santos Calderón, empezó a hablar que las conversaciones que su gobierno sostiene con las guerrillas Farc en La Habana para acordar un proceso de paz en la indomable Colombia, “…puede fracasar” pero que tiene “conciencia tranquila de que embarqué al país en algo que en el fondo no le costó ni un centímetro de territorio ni le costó desde el punto de vista militar”.
Por su parte el procurador General de la Nación, Alejandro Ordóñez Maldonado, la volvió a emprender contra la impunidad y las negociaciones gobierno-Farc a través de un comunicado entregado a TNN@. “Existen límites en el modelo de justicia transicional que se busca implementar en desarrollo de las negociaciones entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las FARC; así como en que los responsables de cometer sistemáticamente delitos de lesa humanidad, crímenes de guerra y genocidios no pueden pretender reincorporarse a la vida civil sin haber sido investigados y sin pagar condenas de cárcel (…) Afirmo y me reafirmo que marco jurídico para la paz genera impunidad. Lo que se plantea es una caricatura (..)Creo que no deben haber ni amnistías encubiertas para las FARC ni amnistías para militares que están incursos en ‘falsos positivos”.
A su turno, el presidente del Congreso de la República, Roy Barreras, le dijo a los colombianos que se vayan preparando porque ese proceso con las Farc va para largo, más allá del 20 de julio el tiempo para aprobar el marco jurídico. “Nos vemos ocupados a un proceso de paz más largo al que inicialmente se anunció”, advirtió Barreras.
Han pasado cerca de seis meses desde que se iniciaron los diálogos pero las negociaciones entraron en una fase de estancamiento, hasta el punto que Santos pidió a las Farc acelerar y resultados porque sobre los temas ningún acuerdo ha salido.
«…Si esto llega a fracasar, y puede fracasar, si esto llega a no funcionar, quiero tener la conciencia tranquila de que embarqué al país en algo que en el fondo no le costó ni un centímetro de territorio ni le costó desde el punto de vista militar», dijo Santos Calderón rodeado por la cúpula de las FF.AA.
Lea el discurso completo del gobernante Santos Calderón ante militares y policía en la parte inferior de tnnpoliticas
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“El Consejo de Estado rechazó, por improcedente, la tutela interpuesta por un exdirector seccional de la Administración Judicial, que pretendía el reconocimiento de las diferencias salariales y prestacionales que argumenta se le adeudan.
La Sección Cuarta, mediante una sala de conjueces, recordó que la tutela es un mecanismo alternativo, excepcional y que pretende evitar o cesar un perjuicio irremediable. Situación que no se evidenció en el presente caso.
El accionante pretendía que se ordenara el pago de la bonificación por compensación equivalente al 80% de lo que por todo concepto perciben los Magistrados de las Altas Cortes, teniendo en cuenta que su cargo se asemeja al de un magistrado de Consejo Superior Seccional. Hasta el momento, y mientras se desempeñó como director, solo le pagaron el 70%, por lo que estima que lo dejado de percibir lo requiere urgentemente porque ésta sin trabajo”, informó a esta página digital el Consejo de Estado.
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Renunció a la presidencia del Consejo Nacional Electoral, Carlos Ardila Ballesteros. Será efectiva a partir del 4 de junio y sería elegida en su reemplazo la exalcaldesa de Riohacha, Idayris Yolima Carrillo Pérez, que en el pasado ejerció igualmente como senadora y representante a la Cámara.
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El senador Juan Mario Laserna Jaramillo enrostró al Presidente Juan Manuel Santos Calderón todo el apoyo que le entregó en la provincia de Tolima al oficialista partido ‘U’ y por tal razón no va a acompañar su eventual reelección y tampoco comparte la fragilidad del gobierno de Bogotá ante los ataques del Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, contra el exmandatario Álvaro Uribe Vélez.
TNN@ observó cómo el miércoles Laserna Jaramillo coordinaba la visita de la diputada venezolana María Corina Machado por las instalaciones del capitolio Nacional y el directorio nacional conservador.
Juan Mario hijo de uno de los senadores por el M-19 más queridos que ha pasado por la corporación a mediados de los años 90, Mario Laserna Pinzón cercano a cumplir 90 años de edad y uno de los pocos colombianos en recibir la amistad del científico alemán, Albert Einstein, participó como observador de las recientes elecciones presidenciales en Venezuela, invitado por el opositor al ‘chavismo’, Henrique Capriples.
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Juan Carlos Martínez R. Periodista TNN@
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‘Cátedra Colombia’ dictada por el Presidente Juan Manuel Santos con motivo de la celebración de los 104 años de la Escuela Superior de Guerra
Capítulo de la paz
Lo que me lleva, y con esto finalizo, a hablar del capítulo de la paz.
Ese país seguro lo podremos obtener cada vez más, por supuesto, si terminamos el conflicto. Todos estos logros que se han obtenido han sido en medio del conflicto. La gente, los analistas, los estudiosos, dicen: si Colombia en medio del conflicto ha logrado semejantes resultados, imagínense lo que sería Colombia sin conflicto, en paz, sin las Farc, sin el Eln. Entre otras cosas, podríamos dedicarnos con mucha más contundencia a esos otros frentes de inseguridad.
Pero calculan entre 1,5 y 2, algunos dicen que hasta 3 por ciento adicional de crecimiento. Por el simple hecho de que ya no hay conflicto, vendría mucho más inversión, se generaría mucha más prosperidad. Por eso estamos buscando finalizar este conflicto.
Y lo estamos buscando no desde una posición de debilidad sino desde una posición de fortaleza. Yo digo que los astros están alineados, simplemente porque las condiciones se dieron. La historia está llena de ejemplos, de circunstancias, en donde los astros se alinean y coinciden las circunstancias y los hechos se precipitan.
Cuando comencé a pensar en este proceso de paz, inclusive pensaba en esto cuando estábamos en el fragor de la guerra, dándoles tan duro a los miembros de las Farc y del Eln, pero pensaba de todas formas: ‘Esto tiene que terminar como termina cualquier guerra: con alguna solución negociada, conversada’.
La guerra de exterminio, por las condiciones mismas de nuestra geografía, llevamos 50 años de conflicto, es casi que imposible. Eliminar hasta el último guerrillero, eso no tiene posibilidades reales. Por eso ofrecerles lo que llaman un puente, una salida, es lo sensato.
Una salida digna, porque al fin y al cabo hay que darles esa salida si queremos finalizar ese conflicto. Pero una salida en donde el Estado no está en cierta forma poniendo nada en riesgo. Eso lo he dicho desde el principio.
Por eso desde el principio pusimos unas condiciones y nos pusimos unas líneas rojas, donde no vamos a traspasarlas pase lo que pase. Lo tenemos clarísimo. E iniciamos el proceso. Líneas rojas: aquí no se va a negociar nada diferente a la parte mecánica de la finalización de un conflicto.
Lo único que aceptamos negociar o aceptamos conversar fue el tema del desarrollo rural. ¿Pero por qué lo pusimos ahí? Y esa fue una decisión personal mía. Porque este país, si quiere seguir siendo un país más justo, si quiere reducir realmente sus índices de pobreza extrema y de pobreza en general, tiene que volcarse mucho más hacia el campo, donde está concentrada la pobreza.
Para darles una cifra: la pobreza extrema en las ciudades está en el 3 por ciento, y la pobreza extrema en el campo está por encima del 20 por ciento. Entonces nosotros tenemos concebida una política muy agresiva, muy progresista, muy de avanzada y muy importante hacia el campo.
Y el raciocinio mío fue: las Farc, desde hace 50 años, han dicho que es una guerrilla rural. El campo para ellos es algo que tienen que reivindicar. Entonces, si quieren, súbanse al tren, y aquí juntos podemos construir ese campo que todos necesitamos, pero sin armas. Y me entregan las armas. Ese fue el raciocinio para incluir ese tema.
Y dentro de ese tema, también hay líneas rojas: aquí no se está ofreciendo la desaparición de la propiedad privada, no se está ofreciendo que se van a construir esos soviets al estilo de la Unión Soviética de los años sesenta. Nada de eso.
Se está ofreciendo simplemente una política de desarrollo rural coherente, donde haya infraestructura, donde haya inversiones para mejorar la calidad de vida del campo y las condiciones para producirlas.
Un país que además tiene un potencial enorme, en un mundo que está comenzando a sufrir la crisis de alimentos, y donde va a haber tierra para todo el mundo. El costo es cero, la ganancia es infinita.
Nos pusimos como condición: no va a haber cese al fuego. ¿Por qué? Porque conocemos al enemigo. Sabemos que el cese al fuego lo aprovechan.
Pero también como un seguro. Si esto llega a fracasar, y puede fracasar, si esto llega a no funcionar, quiero tener la conciencia tranquila de que embarqué al país en algo que en el fondo no le costó ni un centímetro de territorio ni le costó desde el punto de vista militar.
Por eso he dicho que cese al fuego, cuando haya acuerdos. Y los acuerdos no son cualquier acuerdo. Tiene que estar todo acordado. Porque también otra de las condiciones fue: nada está acordado hasta que todo esté acordado.
¿Por qué pusimos eso como condición? Yo hago el símil con un artista, con un pintor que pinta su cuadro. Y comienza a pintar el extremo superior derecho. Él no quiere que el comprador del cuadro venga y vea el cuadro solamente con el extremo superior derecho pintado. No. Él quiere mostrarle el cuadro al comprador cuando esté todo completo, porque así lo va a poder apreciar en su conjunto.
Si nosotros comenzamos a hacer acuerdos parciales y firmar acuerdos parciales, los enemigos del proceso van a hacer su agosto, porque van a decir: Ah, mire, por ejemplo, en este segundo punto, que es la participación política, les dieron participación política sin antes haber entregado las armas.
Y comienzan a desinformar, como lo están haciendo, y a tratar de sabotear el proceso. Y además, la propia mesa de negociación, la propia contraparte, también se va a sentir envalentonada.
Por eso no va a haber cese al fuego sino hasta que haya acuerdo, y nada está acordado hasta que todo esté acordado.
Ahí está la agenda. Clara. Eso lo negociamos y fue un proceso difícil llegar a la agenda. Y de ahí no nos vamos a salir.
En esa agenda, por ejemplo, no está ningún tema que tenga que ver con las Fuerzas Armadas de Colombia. Ese tema no está en la agenda y, por consiguiente, no se va a discutir. Punto. No es negociable.
¿Que qué va a pasar con las Fuerzas en el postconflicto? Ese es un tema del Ministro de Defensa, de los señores Comandantes, de ustedes, del Presidente.
Nosotros discutiremos eso nosotros. Pero no lo vamos a discutir en la Mesa de La Habana ni con las Farc. Es un problema nuestro. No está en la agenda.
Están diciendo que ya se está negociando la reducción de las Fuerzas Militares. Y de pronto hasta las Farc están diciendo: ojalá. Pero son manifestaciones de ellos. No está en la agenda. Y no va a negociarse nada que tenga que ver con el futuro de las Fuerzas.
Que nosotros eventualmente nos sentemos a decir: bueno, en una situación de postconflicto, tenemos que fortalecer nuestras capacidades para hacer misiones internacionales. Pues ya veremos cómo lo hacemos y cómo nos preparamos mejor para ese postconflicto, pero es una discusión nuestra, no una discusión con las Farc.
Que vamos a discutir el tema de participación política, sí. Por supuesto que es un tema que era obvio. Si ellos quieren cambiar las balas por los votos, tienen que saber cómo van a participar para poder seguir con su lucha a través de los canales democráticos. Eso es obvio. Y veremos hasta dónde les damos espacio. Pero de eso se trata todo este proceso: que cambien las balas por los votos.
¿Que qué va a pasar con las Farc en materia judicial? También hay un capítulo sobre eso. Y ahí se va a tener que aplicar lo que hoy llaman la justicia transicional, que son los parámetros del mundo moderno. Ya no podemos hacer lo que se hacía anteriormente: indulto, amnistía, se perdona todo y se olvida todo. Ya no se puede.
Tenemos tratados y tenemos obligaciones, tenemos responsabilidades. Eso no va a suceder. No puede suceder. Pero existe lo que llaman justicia transicional, donde, siempre y cuando se respeten principios como los de justicia, verdad y reparación, se puede hacer algún tipo de arreglo donde, si se respetan esos principios, se puede facilitar el proceso para que se incorporen los que hoy están en armas.
¿Que hasta dónde vamos a llegar? Esa es una cuestión de la mesa de negociación. Pero cualquier cosa a la que lleguemos, lo hemos dicho, va a ser refrendada en alguna forma por el pueblo colombiano. No vamos a hacer cosas que sean inaceptables para el grueso de los colombianos. Y pueden tener la seguridad de que eso va a ser así, porque va a ser refrendado.
Entonces no crean en esa propaganda negra de que allá están negociando la paz con impunidad. ¿Quién ha hablado de impunidad? ¿Quién ha mencionado la palabra impunidad? Nadie. Entonces no se dejen meter, como dicen popularmente, cucarachas en la cabeza, porque eso no va a suceder.
¿Que la justicia transicional se tiene que poner en la mesa? Por supuesto que sí. Es parte esencial del proceso para que esta gente deje sus armas, se desarme, entregue sus armas.
Y ahí también, si va a haber algún tipo de beneficio jurídico para las Farc y eventualmente para el Eln si decide entrar –y para que nosotros decidamos que sí entra, tiene que liberar a los secuestrados, sobre todo al canadiense que tienen–, si eso sucede, por supuesto que también va a haber beneficios jurídicos para la contraparte, para las Fuerzas Armadas, que han sido las que han sacrificado su vida, su institución, su pecho, en esta guerra de 50 años.
Entonces tengan la seguridad de que si va a haber beneficios por un lado, habrá beneficios por el otro. ¿Cuáles? Vamos a ver, porque eso es parte de la dinámica del proceso.
Pero lo que les quiero también dejar muy en claro es que beneficios jurídicos para los miembros de nuestras Fuerzas Armadas habrá, si hay beneficios jurídicos para la contraparte en este proceso. Tengan la absoluta seguridad de que así será. Eso es parte fundamental de lo que estamos diseñando. Y vuelvo y repito: hasta dónde lleguemos, eso es parte de la negociación y parte de una reflexión también de nosotros mismos.
Pero, a contrapeso, al contrario, lo que les quiero decir es: tengan la seguridad de que aquí no va a haber esa situación donde van nuestros soldados a la cárcel por cuestiones que tienen que ver con el conflicto, y vamos a ver a unos guerrilleros libres en cuestiones que tienen que ver con el mismo conflicto. Eso no va a suceder.
Por otro lado, seguimos nosotros en nuestra agenda normal, en nuestra agenda de Gobierno. Seguimos aprobando leyes en el Congreso que tienen que ver con la agenda, con o sin proceso de paz.
Hay una serie de proyectos en este momento muy importantes. Uno de ellos es el fuero militar. El fuero militar ya se aprobó en el Congreso, en la reforma constitucional, y ahora está la ley estatutaria. Yo les pido a los congresistas que, por favor, la aprueben rápido. Con o sin proceso de paz, ese fuero militar y esa ley estatutaria es algo que el país necesita, que necesitan las Fuerzas.
Y alguien hablaba de impunidad. No. Esto es todo lo contrario. Esto lo que garantiza es que efectivamente se pueda hacer justicia, pero justicia en la verdadera dimensión de su palabra: justicia. Eso es lo que este fuero está garantizando: justicia. Entonces tengan también la seguridad de que hay en ese sentido un total compromiso.
¿Que las víctimas? Las víctimas tendrán que ser reconocidas, como las hemos reconocido nosotros. Una ley histórica. Iniciamos el proceso de reparación de víctimas y de restitución de tierras antes de que terminara el conflicto. Ningún país en el mundo ha hecho eso.
¿Por qué lo hicimos? Porque consideramos que si comenzamos desde ya a sanar esas heridas que están abiertas y duelen mucho, que impiden mucho la reconciliación de este país, si comenzamos a sanarlas desde ahora, eso nos va a facilitar esa reconciliación que todos necesitamos.
Y repito: yo creo que vamos bien, vamos en la dirección correcta. Yo sigo con ese cauteloso optimismo. Y sigo con cierta dosis de escepticismo. ¿Por qué? Pues porque esta gente siempre nos ha engañado. Pero cada vez veo que sí hay seriedad, tengo que reconocerlo, sí hay voluntad de llegar a unos acuerdos. Y ojalá sea así.
Y ojalá sea así, porque ustedes, queridos miembros de las Fuerzas Armadas de Colombia, son los primeros interesados en que haya paz, porque ustedes son las primeras víctimas de esta guerra. Sus soldados de tierra, mar y aire, sus policías, son los primeros que ofrecen sus vidas, todos los días, en este conflicto.
Y por lo que he dicho tantas veces: la paz es la victoria. Para cualquier soldado, en una guerra la paz es la victoria. Lo contrario es un contrasentido. ¿Hacer la guerra por hacer la guerra? Sí hay algunos mandatarios, algunos jefes de Estado, en el pasado en la historia… A Calígula le gustaba hacer la guerra porque sí, porque vivía de la guerra, pero eso no es lógico. Eso no tiene sentido. Uno tiene que buscar la paz. Es un mandato constitucional. Ninguno de nosotros necesitamos mandatos para buscar la paz. Es una obligación.
Cuando juré, el 7 de agosto de 2010, cumplir con la Constitución y las leyes y defenderlas, juré buscar la paz. Es un mandato constitucional. Y estoy tratando. Ojalá lo logremos. Tendremos un país maravilloso si podemos ponerle fin a este conflicto.
Y al fin de cuentas, háganse la siguiente la reflexión, y con eso termino, apreciados oficiales y miembros de las Fuerzas, una reflexión muy sencilla: si llegamos al fin del conflicto, si llegamos a los acuerdos allá en La Habana, ¿quién entrega las armas? ¿Quién se queda con las armas? Y, por consiguiente, ¿quién ganó? Muchas gracias”.