El 20 de junio en día domingo de 2010, los electores colombianos ‘atropellaron’ en las urnas al débil candidato presidencial del novedoso Partido Verde de Antanas Mockus Sivicas, y concurrieron a las urnas para sellar el abrumador triunfo del proyecto de gobierno de Unidad Nacional (La Tercera Vía) del periodista y economista liberal, Juan Manuel Santos Calderón, que el próximo 10 de agosto arribará a los 60 años de edad.
De su gobierno han transcurrido un poco menos de 11 meses con un giro lento pero seguro frente al estilo de su antecesor Álvaro Uribe Vélez, que ya debería ser un periódico de ayer. Pero no. Seguirá diario.
En poco tiempo Colombia dejó de ser el país insignificante ante los vecinos más cercanos a la potencia que lidera a la Unión Suramericana de Naciones, UNASUR, y al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ONU.
Además, es la cuarta economía de mayor crecimiento en el continente suramericano, según el Fondo Monetario Internacional, FMI, aplacó al charlatán mandatario venezolano, Hugo Chávez Frías, y recuperó la confianza del ecuatoriano, Rafael Correa.
¡Ah! y mantiene una sostenida y exitosa diplomacia con la firma de Tratados de Libre Comercio con las potencias económicas del planeta y, acertadamente, reabrió las embajadas que con craso error, monumental, clausuró el gobierno pasado con el baladí argumento de ahorrar. Populismo barato.
En la foto el Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos Calderón, y el director mundial de TNN@, Juan Carlos Martínez R.
En el escenario interno al que permanentemente llamo la indomable Colombia, en medio de escaramuzas avanza por el camino correcto.
¡Claro! hay dificultades en seguridad.
¿Pero es que acaso en 8 años de la altamente publicitada seguridad democrática el anterior gobierno no tuvo el infortunio del asesinato de dos gobernadores? ¿De un alcalde que advirtió delante de la figura presidencial que lo iban a asesinar como efectivamente pasó?
También por la SD en este gobierno cayó abatido el temible ‘mono jojoy’.
Ese es desafortunadamente el mapa de un país, insisto, indomable, por la injusticia social y otros factores pero que en este gobierno, por ejemplo, con la Ley de Víctimas, pretende cerrar las heridas de tantos años de lágrimas, sangre, desaparecidos, muertos, viudas (os) y huérfanos.
Un país que envejece porque la violencia se ha llevado a la tumba a los más jóvenes, no puede permitir fracasar en un nuevo intento de reconciliación y, como lo comente en el blog del triunfo de Santos Calderón en la primera vuelta presidencial, la Ley de Víctimas no puede ser politizada que como observo quiere capitalizar uno de los partidos políticos marchitado por el paso del tiempo en plan de recuperación electoral el 30 de octubre próximo.
Volveríamos a la misma situación de 70 años atrás.
Los indicadores económicos de Colombia muestran signos favorables -empleo, consumo, desarrollo industrial y empresarial- como para ir pensando que 2011 terminará mejor que el año anterior.
La impresionante venta de autos nuevos es el mejor muestreo de que Santos Calderón, Gobierna bien.
Desde este espacio considero inadmisible que se reviva con espectacularidad los crímenes políticos para generar pánico, zozobra y hacer creer que el país se va a derrumbar.
Las víctimas de esos magnicidios celebran la proximidad de los resultados de las investigaciones que esclarecen los hechos, llenan con titulares de prensa los informativos y pretenden asustar a los demás y creer que aquí todo es un caos.
¡No! El reloj de la historia de Colombia no se puede detener en los años 1995, 1989, 1948 o 1914 porque aún no se sabe quién o quiénes fueron los autores intelectuales de los magnicidios, mientras las familias de éste y de otros hechos lamentables disfrutan de las indemnizaciones, las pensiones, la educación y de los más altos cargos que puede entregar el Estado.
¿Y quién se acuerda de los escoltas que también cayeron al lado de esos líderes? ¿O de los colombianos comunes y corrientes que colateralmente han caído o de los que a diario reclaman sus bienes que los violentos arrebataron con balas asesinas y después pasan a ser anónimos?
El país debe acabar con el llamado tropicalismo de las clases sociales que ha enlutado a familias de todos los estratos.
Dejen que sin presiones bajo el imperio de la Ley actúe la ‘templada’ Fiscal, Vivianne Morales, y el no menos poderoso procurador, Alejandro Ordoñez. Lo hacen bien.
Presidente Juan Manuel Santos Calderón, usted tiene por delante 3 años para que la Ley de Víctimas conlleve a la pacificación del país ojala antes de 10 años que es para lo cual está estimada su existencia.
En la casa amarilla presidencial del centro de Bogotá brilla una luz de prosperidad, de seguridad, de esperanza, de desarrollo y de reconciliación para domar a los colombianos del Siglo XXI que pareciera que por sus cuerpos corriera sangre de tigres, leones o hienas.
Periodista de TNN@
Este blog, además de eltiempo.com, es publicado por TNN@ en los correos electrónicos de congresistas, ministros, ex Presidentes de la República, ex ministros de Estado, funcionarios del gobierno, periodistas de los diferentes medios de comunicación de Colombia y del exterior e independientes en América y Europa. Esporádicamente en Diario Política de Argentina.
A esta red se unió familia colombo-italiana residenciada en Valenza, provincia de Alessandria, norte de Italia.