Por Juan Carlos Martinez el 16 de Febrero 2011 9:12 AM
El prolongado paro de los camioneros ha causado no solo desastrosos resultados para la economía del país -mercancía paralizada en el principal puerto de carga sobre el Pacífico, Buenaventura, y que implica después de cierto tiempo pagar un arriendo diario por los contenedores repletos de mercancía paralizadas en bodegas- sino también político para el gobierno.
El gobierno de La Tercera Vía, al que le restan un poquito menos de 42 meses y que espera la no reelección, no puede darse el lujo de improvisar, mostrarse arrogante y soberbio de querer ganar a como dé lugar.
Hay que dialogar y por todos los medios buscar un consenso y evitar ser lo menos humillante para el lado que no consiga los propósitos buscados inicialmente.
Ministro de Transporte, Germán Cardona Gutiérrez, lo escuchado y visto por los periódicos y noticieros radiales y de televisión, es penoso con lo que pasa no solo en Bogotá, sino en otras carreteras de Colombia.
Señores camioneros, obviamente no todos, también les cabe su responsabilidad con algunos desadaptados que como puros delincuentes ejercen un comportamiento de bandidos que la sociedad no acepta.
El diálogo es la mejor salida para sacar de la parálisis al sector.
Ahora que se formó semejante zafarrancho y ante la eventualidad que la situación tenga otros efectos colaterales, el ministro Cardona convoca al diálogo con vicepresidente de la República abordo.
En otras latitudes del planeta un ministro que haya permitido semejante caos, ya hubiera renunciado y aceptado la misma.
Recuerdo que hace un poco menos de 20 años el ministro de comunicaciones, Mauricio Vargas Linares, le metió el diente a la reestructuración de TELECOM e Inravisión.
Se le armó tamaña rebelión de los trabajadores sindicalizados que sabotearon todo, hasta las instalaciones de las estatales oficinas, porque señalado de arrogante y prepotente el ministro Vargas Linares se había propuesto unas metas que casi que no aceptaba la mediación ni el diálogo promovido por las comisiones Séptimas del Congreso de la República.
Hasta el hoy alcalde de Bogotá, Samuel Moreno Rojas, por la época senador de la República, cruzaba las instalaciones del Capitolio Nacional con supuestos decretos en la mano, legislaba en favor de los trabajadores, tratando de demostrar que el ministro Vargas Linares buscaba era privatizar, vender Inravisión a empresarios amigos suyos.
Lo cierto fue que el ministro de Comunicaciones del Presidente César Augusto Gaviria Trujillo, terminó renunciando al cargo porque le dio un mal manejo a la crisis de las comunicaciones de la época y el paro de Telecom se levantó inmediatamente.
El país estrenaba Constitución Política.
Hoy, Germán Cardona Gutiérrez, ministro de Transporte del Presidente Juan Manuel Santos Calderón, al declarar a los medios de prensa que no dialogará mientras persista el bloqueo de las vías y le entrega el ‘chicharrón’ a Angelino Garzón, denota el mismo comportamiento del ministro de las comunicaciones de principios de los años 90.
En un blog anterior por los 6 meses del gobierno de la Unidad Nacional, comente de la necesidad del cambio de 2 o 3 ministros que hablan bonito pero que no han dado la talla en sus respectivas carteras.
Algo parecido a la carreta que le echa a los bogotanos el director del IDU, Néstor Eugenio Ramírez Cardona, y el caos vehicular y de obras, sigue ¡ahí!
Cardona Gutiérrez debería contemplar poner sobre el despacho presidencial la renuncia para no hacer más daño al país y al gobierno por hacerse el ministro ‘berraco’ para ‘guerrear’ con choferes.
Ahora que no salga con la frase manida de funcionario que desde que se posesionó la renuncia está a disposición del Presidente de la República.
Los ministros son ‘fusibles’ para solucionar este tipo de situaciones y no obstruir el buen funcionamiento del gobierno.
Periodista de TNN@