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Cuenta el corresponsal TNN@ en Las Palmas, Isla Gran Canarias, estar indignados los colombianos por la emisión en España desde el 12 de mayo a las 23 horas local la serie ‘Pablo el patrón del mal’ por el canal Intereconomía de Gaceta.
El fin de semana hicieron un avance enfocado en el encuentro del hijo de Escobar con los de los inmolados Rodrigo Lara Bonilla y Luis Carlos Galán.
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Fotos CORRIERE DELLA SERA, MILAN/LA REPPUBLICA, ROMA
El siete veces primer ministro y el político más importante de la Italia pos segunda guerra mundial, Giulio Andreotti, murió a los 94 años convertido en senador vitalicio por la Democracia Cristiana. Fue absuelto de la presunta colaboración con la mafia siciliana.
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Fuentes creíbles de esta página confirmaron que el presidente del Partido gobierno ‘U’, Aurelio Iragorri Hormaza, y tres concejales por Bogotá de la misma filiación respaldan a la administración de capitalino Gustavo Petro Urrego, y para el efecto han sostenido varias reuniones en el propio despacho distrital.
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El veterano periodista Domingo De la Espriella, que pasa por un momento crítico, escribe sus memorias de los 40 años por las salas de noticias de los más importantes medios de comunicación de Colombia.
Domingo, compañero de reportería del periodista TNN@ en los años 80’s en Radio Sutatenza y Todelar, anticipó apartes de lo que será el libro, y en uno de ellos contó que luego de meterse dos porros de marihuana se le presentó al jefe de redacción de EL TIEMPO, Don Hernando Santos Castillo, tío del Presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, luego de regresar de Cartagena azorado por el impacto que le produjo escribir varias crónicas que fueron portada en el periódico bogotano como el supuesto derribo de la torre del reloj de la ciudad amurallada.
“La empresa es muy seria y a los dos días recibí una carta en mi casa con el cheque de las prestaciones en mi familia se preocuparon por la suspensión de mi carrera que había comenzado con tanto entusiasmo y empezaron a hacer conjeturas sobre mi rara forma de proceder”.
“Por uno de los delirios de la esquizofrenia que poseo desde que nací se me ocurrió ser periodista y siempre pensé en ingresar al periódico más importante de Colombia.
Creo en la transmisión de pensamiento y un amigo me presento a Fernando Garavito, jefe de departamentales del periódico El Tiempo. Juan mosca me dijo ahí hay una máquina de escribir siéntese y me hace una crónica imaginaria. Garavito, que por entonces estaba
Casado con la hija de Eduardo Carranza me presento en una forma pintoresca a uno de los hombres de las calzonarias del periódico: Don Hernando Santos. Mi crónica cayó en gracia al jefe de departamentales y a Don Hernando quien inmediatamente dijo: te vas como corresponsal a Fusagasugá por 8 días y si te publico cosas quedas enganchando…”.
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Juan Carlos Martínez R. Periodista TNN@
Periodista Domingo De la Espriella
Por uno de los delirios de la esquizofrenia que poseo desde que nací se me ocurrió ser periodista y siempre pensé en ingresar al periódico más importante de Colombia.
Creo en la transmisión de pensamiento y un amigo me presento a Fernando Garavito, jefe de departamentales del periódico el Tiempo. Juan mosca me dijo ahí hay una máquina de escribir siéntese y me hace una crónica imaginaria. Garavito, que por entonces estaba
Casado con la hija de Eduardo Carranza me presento en una forma pintoresca a uno de los hombres de las calzonarias del periódico: Don Hernando Santos. Mi crónica cayó en gracia al jefe de departamentales y a Don Hernando quien inmediatamente dijo: te vas como corresponsal a Fusagasugá por 8 días y si te publico cosas quedas enganchando.
Me dieron el dinero de los viáticos y al día siguiente me fui para Fusagasugá. Lo primero que se me ocurrió al llegar a ese pueblo no sépor qué fue visitar la cárcel para ver como estaba. Desde esa época – estamos hablando de 1970- el centro carcelario tenia un sobre cupo abrumador y estaba en condiciones higiénicas deprimentes. Después de estar un rato en la cárcel de Fusagasugá me fui para el hotel mire las notas que tenia y llame por teléfono al periódico en Bogotá. Como era de noche el editor nocturno mas famoso que ha tenido el periódico, Guarino Caicedo, me recibió la crónica y al día siguiente, para sorpresa mía,el relatosaliódestacado de manera idéntica como yo la había dictado.
A los dos días regrese a Bogotá y me encontré con la bienvenida de Don Hernando, quien me dijo este escribe muy bien usted tiene familia en Cartagena?, le dije que si y el me respondió pues se va de corresponsal para allá.
Estuve una semana más en Bogotá y me asignaron el trabajo de corregir las corresponsalías chuecas de las provincias lejanas.
En Cartagena llegue a la casa del tío Juan Antonio en el hermosísimo barrio de San Diego, donde nació mi tío Ramiro De la Espriella, otro famoso periodista, que según Gabriel García Marques fue quien le consiguió su primer puesto de periodista en el diario el Universal.
Como yo era un joven volantón y rebelde, la estadía donde tío Juan Antonio no duro mucho, por varias cosas que contare mas adelante, pero por sobre todo porque el tío mandaba a colocar la tranca de la puerta a las 7 de la noche y nadie podía entrar ni salir de la casa.
Me acuerdo con especial deferencia del corresponsal de la united press international y dueño de la agencia prensa norte, Guillermo Baena Sosa, quien fue mi tutor y orientador de crónicas que muchísimas veces salieron en la primera pagina del tiempo.
Guillermo era uncrítico mordaz de la clase alta cartagenera y recuerdo que guardaba un revolver en la gaveta de su escritorio. Era casi un agitador de criticas terribles contra el concurso de belleza, el club Cartagena, los contratos de obras publicas, los torcidos que años después hizo famosos el escritor Oscar Collazos en un libro que le pago la Contraloría General de la Nación llamado CARTAGENA LA OLLA PODRIDA.
Unos dos años antes yo había trabajado sin mayor idea de como se hacia eso vendiendo publicidad para el periódico el nacional de Barranquilla por una idea de mi tío Carlos De la Espriella Palacio, por entonces uno de los principales abogados de Julio Mario Santo Domingo.
El cuento del Nacional viene al caso porque su dueño Julián Devis Echandia tuvo que salirse de Cartagena por las amenazas de quienes criticaba en Cartagena en un libro.
Pues bien Guillermo Baena Sosa algunos de esos recuerdos debía tener para guardar un revolver en su escritorio.
El primero de mis conflictos en que me metí en Cartagena, pudiendo aprovechar mi apellido para ocupar una buena posición fue una crónica en la que yo denunciaba que el diario del caribe, de propiedad de los Escalón maltrato sin misericordia a los voceadores de prensa y estos le hicieron una huelga. No me paso nada pero pele el cobre de que era un busca pleitos.
Después vino una crónica en la que yo no estoy seguro si entendí bien a Baena Sosa o estaba delirando según la cual la alcaldía de Cartagena había contratado por una suma millonaria a un restaurador español de antigüedades de apellido Zapatero que según puse en el periódico había dicho que quería tumbar la torre del reloj por que eso no era una antigüedad como las murallas.
Don Hernando Santos aprecio tanto la crónica que la saco en primera pagina con una foto enorme de la torre del reloj. Al día siguiente searmó el polvorín y el español Zapatero envió una carta insultante al Tiempo, pero yo no recibí ninguna llamada de Don Hernando ni de Don Enrique Santos, que era el otro jefe de redacción.
Lo primero que hice al llegar a Cartagena fue irme a pie a la gobernación de Bolívar y me le presente al gobernador Badel quien me recibió con mucho cariño y me presento a su secretario general un historiador famoso de Cartagena. Al día siguiente el gobernador me invito al aeropuerto a recibir al presidente Carlos Lleras Restrepo de quien mi abuelo había sido secretario y después nombrado director de aduanas. El presidente Lleras fue muy cordial conmigo y el gobernador quedo muy complacido.
Pero eso era apenas la luna de miel, después vendrían la nube de criticas a toda la aristocracia cartagenera no solo impulsado por mi colega Baena Sosa si no por que yo en los años anteriores me había leído las obras completas de Carlos Marx y Federico Engels.
Había colaborado con el padre Camilo Torres en la universidad Nacional en Bogotá heredando todas las enseñanzas de mi papa que perteneció al M.R.L. que fundo Alfonso López Miquelsen y como que me tome demasiado en serio el problema de la lucha de clases olvidándome de aquella famosa frase de Oscar Wilde que dice que la vida es demasiado importante para tomarla en serio.
Todas las criticas que yo hacia en el periódico y que me publicaba Don Hernando Santos me pusieron en mala posición con mi tío Juan Antonio siendo esta otra razón por la que yo era incomodo en su casa. Él era un gran liberal un patricio liberal de Cartagena y yo resulte partidario de un conservador como Gustavo Rojas Pinilla. Tanto liberales como conservadores ortodoxos detestaron siempre al General Rojas y cuando Misael Pastrana que era el candidato del frente nacional llego a Cartagena yo dije la mentira delirante de que la lluvia había dañado la manifestación de Pastrana.
Mi crónica me genero enemistades que me duelen en el alma pues el día anterior a la crónica yo, que tenia permiso del gobernador para entrar en su despacho sin anunciarme de su secretaria entre al despacho y el gobernador saco de su escritorio una ametralladora.
También es cierto que las emisoras de radio tanto en Bogotá como en Cartagena se apresuraron a nombrar presidente de la republica al General Rojas antes de que terminaran los escrutinios de las elecciones y a los periodistas que estábamos en la registraduria nos sacaron a culata del recinto.
Con todos esos antecedentes yo no era una persona querida en Cartagena no me dejaron entrar al club Cartagena al baile del reinado de belleza y uno de los pocos amigos que me trataba perteneciendo a la clase alta era el italiano Salvo Basile, con cuya amistad cuento cada vez que viene a Bogotá.
Otra crónica que armo un escandalo de la madona fue un relato donde yo narraba que había un consejo de guerra en la base naval contra el comandante de la base naval por trafico de armas.
Don Hernando Santos la saco en primera pagina y el comandante de la base naval que todavía no había sido juzgado llamo al gobernador del Atlántico y le pidió que me encarcelara. Yo que estaba durmiendo debajo del escritorio de periodista del Tiempo me asuste mucho cuando esa noche llegaron hasta las oficinas 4 negros cuajados como Casius Clai a preguntar por Domingo De la Espriella. Cual seria la sorpresa de esos machazos cuando ven salir a un flaquito de 21 años desarmado pálido y dijeron usted es el periodista De la Espriella?: no que carajo me esposaron. Y me montaron en un bus para Barranquilla donde fui a parar a los calabozos del DAS. Tengo entendido que la furia de Don Hernando Santos fue total hizo que me llevaran comida y plata a los calabozos del DAS y llamo al gobernador del Atlántico montado en cólera por que le habían secuestrado su periodista.
Yo regrese a Cartagena y supe por Baena Sosa que la asociación de periodistas de Bolívar había protestado por el encarcelamiento y me hice una crónica como si fuera otra persona contando eso. El gerente del Tiempo en Cartagena me dijo que eso no estaba bien hecho que yo escribiera como si fuera otro.
Otro episodio que merece contarse es mi relación con Don Vicente Martínez Martelo, alias Don Viso uno de los patriarcas de Cartagena que fue alcalde y sempiterno presidente del reinado nacional de la belleza. La verdad es que el viejo conmigo fue muy querido hasta que las historias que me conto Guillermo Baena Sosa sobre el empezaron a aparecer en el periódico. Una de ellas fue que se había robado con Doña Tera Pizarro de Angulo las maquinas de escribir que le regalaron a la organización. Resultado Domingo De la Espriella no entra al club Cartagena es un zombi peligroso y un carga ladrillos periodístico en el que no se puede confiar. Baena Sosa me dijo casi mil veces que Don Viso de blanco hasta los pies vestido se había robado un barco y le armo un escandalo por llevarse uno se los cañones de las murallas para el jardín de su casa.
Sin embargo lo que provoco el verdadero revolcón de mi presencia en Cartagena fue la publicación del lio de Caribesa. Un joven de muy buena familia- Los Gutiérrez de Piñeres- capto dinero ilícitamente pagando intereses de usura y un buen día fue al banco saco toda la plata y se desapareció. No me acuerdo como obtuve la lista de los perjudicados que en realidad pisaban el código penal que prevé la cárcel para el delito de usura por algún medio se supo que otro cartagenero, El Conejo Lemetre había facilitado la operación y el gerente del banco Comercial Antioqueño me llamo personalmente a ofrecer dinero por que yo no publicara la lista. Y yo en el colmo de la ingenuidad me puse furioso y le colgué el teléfono.
En ese momento dañe las posibilidades de vivir en la Cartagena sabrosa en que vive mucha gente que se había iniciado con una invitación de Don Hernando Santos a la casa de la familia Vélez, otros queridísimos cartageneros que tenían una pequeña plaza de toros en un par de días que compartí como invitado especial de Don Hernando una tienta de Pepe Cáceres y los pintores Fernando Botero, Alejandro Obregón y Enrique Grau. Tuve una invitación de una prima, Fina Del Valle a la casa de su novio Alejandro Obregóny me sorprendí con un balcón antiguo de los que tienen las casas cartageneras que daba no a la calle si no a la sala de la casa. En esa época Obregón se paseaba por Cartagena en un jeep Willis autentico de la segunda guerra mundial. En realidad tenía golpes de imaginación que adornaban Cartagena.
Definitivamente el suceso del godo Gutiérrez de Piñeres hizo imposible mi vida en Cartagena, sobre todo porque el periódico me publico todo lo que le envié. Un colega me presto una plata que nunca devolví y compre un tiquete de avión para Bogotá dejando la oficina del periódico abandonada y la crónica sin concluir.
Cuando llegue a Bogotá me metí dos porros de marihuana y en esa situación me le presente a don Hernando Santos, quien, naturalmente se puso furioso y yo me desaparecí del periódico.
La empresa es muy seria y a los dos días recibí una carta en mi casa con el cheque de las prestaciones en mi familia se preocuparon por la suspensión de mi carrera que había comenzado con tanto entusiasmo y empezaron a hacer conjeturas sobre mi rara forma de proceder.