La organización Olímpica tiene un origen poco común pero no extraño en la idiosincrasia, la cultura de sirios-libaneses-palestinos: el comercio.
Y el decir poco común, es pensar cómo un muchacho a los 16 años de edad -en 1953 la mayoría se adquiría a los 21 años-, cuando se piensa más en las hembritas, el ron , tener el mejor coche (un Ford Mercury) y, si hay los medios económicos estudiar medicina o derecho, termina detrás de un mostrador pesando arroz, azúcar, sal, manteca en la tienda -el Olímpico de su padre Ricardo Char Zaslawi- que 58 años después transformó en hipermercado que cubre toda la geografía colombiana como de los más reconocidos pero que además respeta la costumbre del estante y la báscula en donde el comprador mide a su voluntad la cantidad de lo que llevará para el almuerzo o la cena del día.
Fuad Ricardo Char Abdala (de origen sirio puro de madre y padre) truncó sus 4 años de estudios para hacerse profesional como abogado o médico, inclusive, cadete en la armada nacional, por esas circunstancias de la vida que no ha todos los humanos les llega como es la de montar en Lorica, Córdoba, las primeras seis tiendas, porque así nació Olímpica, como negocio de la cuadra, hasta convertirse además en SAO que cubre las principales ciudades capitales de Colombia en droguerías, emisoras y en otras divisiones rentables.
¡Sí claro! ese empuje también lo han tenido los antioqueños y todo ese corredor del eje cafetero del occidente colombiano.
Fuad Ricardo, el mayor y por tal razón el líder de cuatro hermanos, tiene un tinte especial porque su emporio económico lo hizo a pulso y con recursos propios para abarcar una buena parte de la economía nacional sin acudir necesariamente al sistema financiero tradicional y levantar una empresa entre las que generan un alto nivel de empleo en Colombia.
El musculo de Olímpica abraza también a la segunda cadena de emisoras más escuchada del país después de la potentísima Caracol.
Por supuesto que su nombre no se quedó en exitoso empresario sino que también se metió, como el eslogan de sus estaciones radiales, en la política electoral pero ya no en su pueblito, en Barranquilla.
Como gobernador del Atlántico, Fuad Ricardo se dio a conocer a nivel nacional pues el Presidente de la República (1986-1990) Virgilio Barco Vargas, al saber de su eficiente gestión como gobernante departamental, se lo ‘robó’ a los caribeños para designarlo como su ministro de Desarrollo Económico. «Fue un buen ministro y podría serlo nuevamente», decía con alguna frecuencia el famoso y bien recordado senador, Víctor Renán Barco.
El ‘gusanillo’ del Congreso de la República ¡pica!
Sin hacer el curso de la Cámara de Representantes, casi todos los parlamentarios que he conocido en los últimos 30 años han pasado por ahí, llegó derechito al Senado de la República en donde ha sido presidente de las comisiones de Hacienda y Crédito Público, de Presupuesto y en la donde lo conocí y comenzó a surgir una amistad periodïsticas: la de Relaciones Internacionales.
Con expertos en mercadeo político, medios de prensa y tecnologías de punta capacita a la nueva generación de sus militantes en la Costa Caribe para los retos por venir en la segunda década del presente siglo.
Por ese sendero inicial del comercio de víveres y abarrotes, del fútbol (es el mayor accionista del Junior), de la radio (fue, como el autor de éste blog, operador de sonido o control de radio lanzando temas musicales en discos a 78 y 45 revoluciones por minuto), mandatario territorial, ministro de Estado y legislador, condujo a sus tres hijos: al hoy alcalde de Barranquilla Alex (según las encuestas de opinión el mejor de Colombia con picos de 97 por ciento de favorabilidad); a Arturo (senador 2006-2010 y presidente del club de fútbol metido en el primer lugar del grupo que compite por la Copa Libertadores de América) y a Antonio, presidente de las supertiendas y SAO.
Todos con altos estudios obtenidos en Colombia, Londres y Atlanta, Estados Unidos.
Por esos logros, Fuad Ricardo Char Abdala bien puede recordar la trayectoria en los negocios y la política de los apellidos de las familias estadounidenses más famosas de la segunda mitad del Siglo pasado: Kennedy, Busch y Clinton.
Por supuesto que el viejo Fuad no ha ‘coronado’ la Presidencia o la vicepresidencia de la República. Pero no les quepa la menor duda que pulsará por ese cargo con su vástago Alex en las elecciones del 2014 o el 2018.
No puedo pasar por alto el refrán que dice que detrás de un exitoso hombre hay una gran mujer.
Quienes la conocieron en vida no se han ahorrado en elogios al referirse a Adelita Daljub de Char, como el motor emprendedor para que Fuad Ricardo se convirtiera en el exitoso empresario y político que el país hoy conoce.
Dicen que fue una señora tan sencilla, tan querida con todo el que se le acercara, tan desprendida de lo material que no hacía ostentación de sus comodidades y de una generosidad tan especial que si alguien propusiera canonizarla, el Vaticano no haría ningún reparo en tramitarla.
Fuad Ricardo Char Abdala es ese otro nombre de talentosos empresarios equivalente al de Eduardo Pacheco, Luis Carlos Sarmiento Angulo, Eduardo Puyana, Adolfo Carvajal, Iván Botero Gómez, Julio Mario Santodomingo, Hernán Echavarría Olózaga, Carlos Ardíla Lülle, entre otros, que casi de la nada instalaron sus empresas a lo largo y ancho de la Nación, también en otros países cercanos, y que han hecho de la Colombia en los últimos 60 años más prospera y desarrollada para los desafíos del naciente Siglo XXI.
Periodista de TNN@